LA
VIDA ES PURA INFERENCIA
Linden Gledhill
Quisiera
hacer una reflexión de algo que me viene saltando y asaltando la cabeza desde
hace unos días, y que ayer se me agudizó bastante.
Pero
antes, voy a recordarme un par de términos que me interesan para hacer esta
reflexión:
TEORÍA DE LA RECEPCIÓN: Hay que tener en cuenta a la persona lectora. La teoría de
la recepción estudia el papel del lector/a en la literatura, parte del
receptor/a como punto de referencia para el estudio de una obra. Incide
especialmente en la persona receptora como elemento constitutivo del hecho
artístico, la teoría del receptor abre un nuevo enfoque de la obra artística.
INFERENCIA: Lo que no está escrito, pero nosotras deducimos desde
nuestra experiencia.
A
raíz de estos dos términos me han surgido estos pensamientos:
Ayer
fui al teatro y a la salida estuvimos conversando y se dieron frases como:
-
El autor ha querido decir ….
- El texto dice ……
-
El actor interpretaba …..
-
La dirección no ha sabido transmitir……
A
algunas personas les había parecido fantástica la obra, y otras se habían
aburrido como ostras, ahí fue cuando me percaté que la teoría de la recepción
es trasladable a cualquier hecho artístico, no solo al literario, además a esto
se le une el intercambio de la
disparidad de opiniones, donde en este comentar la función, como podríamos
comentar un libro de literatura en el aula, hay que sentirse libre de dar las
opiniones, pero eso también quiere decir saber escuchar y no imponer tu idea
sobre las demás, ya que cada persona ha tenido su propia experiencia y su propia
reinterpretación de lo que vio en el teatro.
La
lectura como el teatro son dos tipos de ocios saludables, que hay que educar y
promocionar.
La otra reflexión me vino también a raíz del teatro, tengo
una amiga que trabaja en un festival de teatro infantil, ella nos contaba que
quieren llevar el teatro a las escuelas y estábamos hablando y discutiendo
sobre el tema, cuando nos preguntábamos si el teatro que se lleva a las
escuelas ¿tendría que ser o no
educativo? Y es ahora que yo me pregunto, si el teatro es un hecho artístico en
sí, y vemos una función como una obra de arte, entonces su objetivo es proporcionar
una experiencia artística, placentera y de puro disfrute, y si es así ya es
educativo de por sí.
Lo que ocurre es que al igual que en los
libros encontramos textos literarios, libros didácticos, hay literatura,
subliteratura y para literatura, puede que con el teatro infantil pase lo
mismo. Pero si queremos llevar el teatro a las escuelas como un hecho
artístico, pensemos en llevar una experiencia inolvidable, que nuestro
alumnado, disfrute y salga habiendo vivido de forma placentera la obra de
teatro.
Hay que buscar el placer artístico.
Ryan Taylor "Color explosivo"
Me ha encantado tu reflexión. ¡Cómo me gusta cuando relacionas cosas...!
ResponderEliminarTe anoto la entrada como voluntaria.