viernes, 29 de noviembre de 2013

Gramática de la fantasía "sandia"


En relación a este fantástico libro quisiera hacer un comentario, desde que me lo he leído los fallos al hablar o al escribir se han convertido para mí en un nuevo mundo de creatividad, a partir de un fallo gramatical ahora dejo volar la imaginación y es una auténtica aventura, voy a poner un par de ejemplos que me han dado mucho que pensar; el otro día estaba en Alcalá de Henares y unos turistas me preguntaron si el bar estaba abierto, yo como los vi turistas pensé en contestarles en francés pero en vez de decir que el bar estaba cerrando lo que me salió fue que el bar estaba “ferdinando”, en ese momento se me hizo la chispa y me vino Rodari a la cabeza por que el propone aprovechar las faltas para pegar un salto creativo, así que me pase la noche dándole vueltas a esta nueva palabra “ferdinando” que además me hizo reír.
Al los días estaba en el colegio y el tutor mando este ejercicio a los niños y niñas de la clase:


Uno de los niños vio la sandia y escribió: sandia, sandion y santisa. Evidentemente según el libro no era la respuesta correcta, ya que me he percatado que los libros por lo general te ofrecen respuestas tan cerradas que apenas hay posibilidad de responder otra cosa diferente a la que ellos proponen. Bueno en realidad creo que en los libros de texto solo hay una respuesta correcta, y en este caso así fue, así que a este niño le dijeron que su respuesta estaba mal, y que tenía que borrarla, sin embargo yo vi el comienzo de una aventura fantástica. Solo había que coger los tres nombres de la familia de la sandia y dejar volar la imaginación, pero claro un libro de texto no está preparado para ello, no da pie ni opciones para dejarte llevar, limitan la creatividad ya que solo hay una respuesta única.
Para terminar os dejo una poesía de Antonio Rubio:


HOMENAJE A RAMÓN
Un amigo, viejo amigo,
que se llamaba Ramón
jugaba a decir las cosas
de otro modo del que son.
Decía al hablar:
- La sandía es un planeta frutal...
O
- Las nueces son cerebros de nogal...
Y Ramón no estaba
 ni bien ni mal, 
ni tampoco regular...
Era solo que jugaba a conjugar.

1 comentario:

  1. Una historia preciosa en la que hay de todo: crítica, creatividad, transferencia, amor por la educación y por los niños, interés por la literatura.... ¡genial!.
    Te anoto la entrada como voluntaria

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